Puerto Natales

En las costas del canal de Señoret y siendo la ciudad que da entrada a Torres del Paine y capital de la provincia de Última Esperanza, es de identidad ganadera y de aventura enfocada en los ansiosos turistas que vienen cada año a visitar la zona. Esta zona, aparte de albergar una de las maravillas del mundo, cuenta con un sinfín de lugares visitables e impresionantes en sus alrededores, donde se pueden realizar actividades de senderismo, trekking, kayak, entre otros.

Puerto Natales, desde muelle

Pero en la ciudad, ¿qué podemos ver?

Todos los turistas piensan que al llegar a Puerto Natales, se estará solo para dormir, pero no, esta ciudad nos maravillará con su historia.

Las primeras expediciones en los alrededores de la ciudad comenzaron en el año 1557, con un aventurero explorador que se aventuraba a encontrar la entrada occidental del Estrecho de Magallanes, una misión casi imposible al ser una zona con fiordos, canales y montañas muy similares. Después de varios y fallidos intentos, llegó a Nueva Esperanza y lo nombró de esta forma, dando inicio a la ciudad y dejándonos una serie de atractivos que nombraremos a continuación.

Lista de lugares para ver en la ciudad

  • El monumento de La Mano

Similar a la mano ubicada en el desierto de Atacama, esta mano en pleno paseo marítimo emerge del suelo de cemento que invita a tocarla y fotografiarse con ella, además se encuentra enfrente del Canal de Señoret y se ve de manera clara el Glaciar Serrano, entonces, ¿no es buena para una postal?

  • Muelle Braun y Blanchard

Es uno de los lugares más fotografiados en la ciudad, y no por nada. De este muelle ya quedan solo los antiguos cimientos del mismo, pero cuando era funcional, funcionaba como punto de embarque para productos frigoríficos y ganaderos desde Puerto Natales hacia Europa.

En el lugar ahora se ven algunas aves como cisnes de cuello negro, aves marinas, cormoranes, entre otras.

Cimientos del antigua Puerto de Embarque
  • Monumento al Viento

Escultura inaugurada el 31 de mayo del año 2012 y creado por la escultora Marcela Romagnoli, se encuentra en plena costanera de la ciudad, y fue creado como tributo al viento que es característico de este lugar.

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